viernes, 10 de mayo de 2013


“SOY EL ÚLTIMO SIRVIENTE DEL SEÑOR DE SIPÁN”

El arqueólogo Walter Alva con treinta y siete años de experiencia en la investigación arqueológica; manifestó ser el último sirviente del Señor de Sipán, después de su relevante hallazgo en 1987 el cual comenzó como un modesto trabajo de rescate. Es así que desde aquel año, Alva ha dedicado su vida a este antiguo gobernante que perteneció a la cultura Moche, convirtiéndose ahora, en el director del museo  Las Tumbas Reales Señor de Sipán.

Asimismo, enfatizó que las Tumbas Reales es uno de los pocos museos del Perú y del mundo que es totalmente autosostenible, que genera el mismo dinero que gastan  e incluso un poco más. También Indicó que en el 2012 tuvieron 180 mil visitantes; al respecto mostró su preocupación ya que sería algo catastrófico que los turistas se ahuyentaran por las condiciones en las que se encuentra actualmente La Ciudad de la Amistad. Es este sentido es pertinente resaltar que dijo : “Lamentablemente el estado peruano es un estado paquidérmico, es un estado lento”.

 Por otro lado, expresó que “el trabajo de los arqueólogos es reconstruir la historia de un pueblo”, utilizando diversas fuentes tales como la cerámica, los yacimientos arqueológicos, dentro de los cuales se encuentran los cementerios antepasados o también los esqueletos, “lo que encontramos en la tierra son restos de culturas pasadas”, destacó.
“Los arqueólogos tenemos que hablar a los objetos”, dijo esto ya que para que descubran los indicios sobre el fascinante mundo de un pueblo, tienen que valerse de ello. Además, de que primero deben conocer el territorio e identificar qué es lo que se quiere investigar. A su vez, añadió que para excavar, tienen que estudiar el sitio estratégico donde se encuentra el edificio.

También diferenció: “Los arqueólogos trabajamos con objetos y los historiadores con documentos escritos”. Y comparó a los estadios de fútbol con los antiguos templos, debido a que las personas se reunían para compartir sus tradiciones (rituales religiosos, danzas,…). En el caso de los estadios de fútbol, las personas comparten la emoción de ver jugar a los seleccionados de un determinado equipo.

Para concluir, Walter Alva mencionó que “estamos tomando identidad cultural más rápido de lo que imaginamos”, nuestra cultura es un ícono auténtico de Chiclayo y por ende de Lambayeque. “La historia ya es la historia escrita”.

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